En los pueblos de Yuracancha, Llacuarí y Aramachay, ubicados en el distrito de Sincos, provincia de Jauja, pequeños productores agropecuarios hallaron una solución clave para enfrentar los efectos devastadores del cambio climático: los fitotoldos.
Estas estructuras de protección, instaladas en sus campos por AGRO RURAL del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), permiten que los cultivos de hortalizas, como lechugas, espinacas y acelgas, no solo sobrevivan en climas extremos y bajas temperaturas, sino que también puedan diversificarse, comercializarse y mejorar la economía de las familias productoras.
Las heladas, que en las zonas más altas de Junín pueden llegar a alcanzar hasta 4 grados bajo cero, son un fenómeno climático recurrente en esta región, constituyendo una amenaza constante para los pequeños agricultores. Las bajas temperaturas no solo afectan la producción, sino que, en muchos casos, destruyen los cultivos, causando pérdidas económicas significativas y dejando a los productores sin los recursos necesarios para subsistir.
Víctor Sandoval Esteban, productor agropecuario de Yuracancha, explica cómo la situación se volvía cada vez más difícil antes de la instalación de los fitotoldos, "antes, el frío destruía todo lo que sembrábamos, desde las hortalizas hasta los frutales y hierbas aromáticas. A veces ni siquiera podíamos recuperar lo invertido", dijo.
Este mismo desafío lo vivían otros agricultores de la zona, como Marcelino Rosales Cabrera, de Llacuarí, y Jacob Guillermo Inga, de Aramachay, quienes coincidían en que las heladas arruinaban gran parte de sus cosechas.
Sin embargo, la instalación de los fitotoldos ha transformado este panorama. Las estructuras de 55 metros cuadrados, diseñadas específicamente para proteger los cultivos de las bajas temperaturas, han demostrado ser una solución eficaz para mejorar la productividad agrícola. "Ahora con los fitotoldos mis cultivos están protegidos y no solo nos alcanza para nuestro consumo, sino que también podemos vender lo que producimos", comentó Jacob Inga.
Gracias al apoyo de AGRO RURAL se han instalado 250 fitotoldos, en 21 distritos de siete provincias de Junín. Esta iniciativa ha implicado una inversión superior al millón de soles y tiene como objetivo mitigar los efectos del cambio climático en los pequeños productores, garantizando su seguridad alimentaria y mejorando sus condiciones de vida.
Víctor Baca Ramos, director ejecutivo del programa AGRO RURAL, destacó la relevancia de esta intervención, "los fitotoldos no solo protegen los cultivos de las adversidades climáticas, sino que también fomentan la diversificación agrícola y promueven el uso de técnicas innovadoras, como la hidroponía. Esto facilita la producción en condiciones controladas, favoreciendo la agricultura sostenible, especialmente en zonas de gran altitud donde las temperaturas extremas son frecuentes".
Este año 250 familias rurales se han beneficiado con esta intervención, mejorando su producción agrícola y su economía familiar; ahora pueden planificar sus cosechas con cultivos más fuertes y de mejor calidad, lo que les ha abierto nuevas oportunidades de comercialización.
Gracias a esta intervención los pequeños productores de Junín están mejor preparados para enfrentar los desafíos del cambio climático, avanzando hacia una agricultura más resiliente y sostenible.
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